Erase una vez en el puerto de
Motril una casa con una familia muy pobre que tenía cuatro hijos. El
padre de esos cuatro niños se llamaba Francisco y trabajaba en el
puerto.
Todos los días a las diez en
punto de la noche se iba al Varadero para trabajar. Francisco
trabajaba de pescador. Pescaba muy poco y la mayoría de los peces
estaban malos o eran muy pequeños para comérselos.
Una noche en Santa Adela a las
12 en punto Francisco entraba en su casa, entonces sonó su móvil.
Era su padre, también era
pescador, Francisco salio corriendo de su casa ya que su padre había
pescado muchísimos peces muy sanos y bastante grandes.
Al día siguiente Francisco y su
padre llegaron al puerto y guardaron todos los peces. Al día
siguiente en Santa Adela había ocurrido algo terrible, el padre de
Francisco había fallecido.
Francisco heredó la casa en
Motril de su padre. Ya en
2005 Francisco había cumplido
55 años justo el día que tenía mucho trabajo y no podía
celebrarlo con su familia.
Cuándo se entero se puso muy
triste. Francisco tuvo la suerte de que nadie sabía
que era su cumpleaños solo lo
sabía su familia. Cuándo su jefe se entero que era
el cumpleaños de Francisco le
dio el día libre. Así pudo celebrar su cumpleaños
con su familia.
Un día de lluvia Francisco fue
a Santa Adela a pensar en su padre. Sus hijos ya los cuatro en la
universidad no paraban de ir a visitar a sus padres. Francisco
siempre que iba a trabajar pescaba tanto como el día que su padre lo
llamo.
fin